SANTA MARTA: NOCHES REFLEJADAS

EL MAR

El mar ha sido para mí ese lugar mágico donde encontrar la calma. Es extraño sentir una conexión tan profunda con este elemento, cuando la mayor parte de mi vida he vivido en el interior de Colombia, rodeada de altas montañas y paisajes verdes. Muy lejos del sonido del mar, de su olor y de sus colores. 

Tal vez esa situación, me ha llevado a elegir ciudades costeras o rodeadas por grandes cuerpos de agua, cuando he tenido la oportunidad de vivir fuera de Colombia. Creo que es esa necesidad por estar cerca del agua y por recorrerla, lo que me ha impulsado a moverme entre ciudades, cada vez que he tenido la oportunidad de hacerlo. De ahí que mi último viaje a Santa Marta surgió por un impulso, una necesidad interior de volver a escuchar el mar.

IMG_7164LR
Costa de Santa Marta durante el atardecer

La primera vez que visité Santa Marta fue en carro. Fue toda una travesía y uno de esos viajes típicos que hacen las familias de clase media del interior de Colombia. El infaltable viaje a la costa. Recuerdo que era la primera vez que hacíamos un viaje largo con mis abuelos. A pesar de habernos varado dos veces en el camino y de todos los percances en los planes, es de los recuerdos más lindos que tengo de mi niñez.

SANTA MARTA

Entre ese primer viaje y mi última visita a Santa Marta, mi percepción de los viajes ha cambiado bastante. Recuerdo esa niña que buscaba refugio en sus padres y abuelos, para no perderse entre la multitud de un lugar completamente desconocido. Ahora es una mujer que busca excusas para caminar por las calles sin rumbo fijo, sólo siguiendo las fachadas coloridas y pequeños cafés que llaman su atención. Siempre buscando escapar de la rutina, para descubrir un nuevo rumbo.

6AF0F5D6-EC13-43AA-B15C-1030616AC2A9-LR
Carrera 3, Calle de sombrillas en Santa Marta – Noche

En los últimos viajes he tomado la costumbre de leer sobre los lugares que visito y comprar libros en librerías locales de esas ciudades. Siento que los relatos de esas otras personas le dan una mayor profundidad a mi experiencia durante los viajes. Esta búsqueda me llevó al libro “El Desafío de las Luciérnagas”.

IMG_7065 LR
Fachada de la librería Grupo Andes durante la noche – Santa Marta

En este libro su autora, Polidora Gómez, narra que “el escape es el mar…”. Esta frase resonó de manera profunda en la conexión que tengo con esos recuerdos de perder la noción del tiempo mientras escucho el sonido fresco y profundo del mar. Mientras veo cómo ese horizonte entre el mar y el cielo se vuelve el infinito. Mientras escucho conversaciones de lugareños durante las caminatas por el malecón de Santa Marta. Mientras los colores rojizos se apoderan del paisaje de esta ciudad al atardecer.

LA NOCHE EN EL MALECÓN

Una nueva parte de Santa Marta despierta al caer el atardecer. Aunque la mayoría de personas van a la costa a aprovechar las horas de sol y los momentos más calurosos del día, yo encuentro reconfortante la brisa fresca del mar, ese aire que recuerda que ya llega la noche. Un momento menos caluroso, pero aún con el calor suficiente para disfrutar de una caminata tranquila y pausada por sus calles. 

Este momento del día, trae a mi memoria la imagen del Malecón. Durante los últimos rayos del sol, el cielo viste de cálidos colores contrastados con el intenso azul del mar. Cuando cae la noche, el azul profundo del cielo se mezcla con la oscuridad del mar y no quedan más que los reflejos del agua, para ayudarnos a distinguir el límite que hay entre el mar y el cielo.

IMG_8368 LR
Parque “Camellón Rodrigo de Bastidas” durante la noche – Santa Marta

La noche en el malecón es una mezcla entre el sonido del mar y las conversaciones de locales. Entre la música que va y viene en tandas desde algunos kioscos y desde la chiva, que no puede faltar con sus luces de discoteca, para ambientar de color y melodía la vía paralela al mar.

“SIEMBRA DE HISTORIAS”

Este es el nombre que Polidora Gómez le da a una de las secciones de su libro de poesía “Desafío de las Luciérnagas”. Leyendo las palabras de Polidora encuentro capas profundas de experiencias, que me llevan a relatos sentidos de una tierra que ha visto desde la felicidad más embriagante, hasta el dolor más desgarrador. Este nombre, “siembra de historias” me hace pensar en aquellas historias que se plantan durante el día y sólo florecen en la noche.

IMG_6999 LR
Calles de Santa Marta durante la noche – Centro de Santa Marta

Creo que la noche muchas veces nos acoge en su sombra, para darnos el permiso de hacer lo que no nos atrevemos durante el día. Y es por esto, que en muchas ciudades la noche es de extremos. Desde espacios que irradian sonidos y luces de fiesta, hasta lugares completamente deshabitados. En muchas ciudades, parece que la noche no tiene esos escenarios intermedios que posee el día. Los momentos de calma, contemplación y recreación pocas veces se viven durante la noche.

IMG_7149 LR
Calles de Santa Marta durante la noche – Centro de Santa Marta

En Santa Marta caminé por calles vivaces llenas de luces de colores y gente, para encontrar a unas pocas cuadras, calles desoladas en las que se confunden las sombras de arbustos, con las de personas que encuentran en las calles la única forma de tener un lugar en el cual dormir. Aunque Santa Marta presenta estos extremos, también ha tenido la habilidad de crear los escenarios intermedios. 

“¿QUÉ TIENE LA NOCHE?”

Carlos Vives es uno de los cantantes más reconocidos en Colombia y tiene una canción que se llama “¿Qué tiene la noche?”. Esta canción despierta en mí, una mezcla de sentimientos entre la conexión con el ambiente cálido de la costa, a través del sonoro sentir de su melodía y la magia que tiene Bogotá, esta ciudad en la que ahora vivo, que ha pesar de su caos y meses lluviosos, encuentra maneras de inspirarme.

IMG_7147 LR
Calles de Santa Marta durante la noche – Centro de Santa Marta

A diferencia de Bogotá, en Santa Marta encuentro esos escenarios intermedios durante la noche, que no he podido vivir en Bogotá. No estoy segura si esto se debe al clima, la cultura de la gente, la escala de la ciudad o la mezcla de todos estos factores. En Santa Marta, me sorprendió encontrar espacios urbanos como el malecón, con tanta vitalidad urbana durante la noche.

Una vitalidad que no tiene que ver con la fiesta ni el bullicio. El malecón de Santa Marta tiene espacios para caminar tranquilamente al borde del mar y para contemplar la noche desde las bancas que se extienden a lo largo del parque lineal. También, cuenta con espacios de juegos para niñas, niños y personas adultas, donde las familias locales disfrutan durante la noche. A este escenario se añaden algunos comercios locales que dinamizan la noche urbana.

IMG_7071 LR
Parque “Camellón Rodrigo de Bastidas” durante la noche – Santa Marta

Además, cuenta con actividades como el festival de cine al mar, en el que el espacio público se convierte en el escenario para proyectar películas y realizar conversatorios. Estas propuestas, no sólo permiten tener una noche diversa, sino que prolongan el uso del espacio público y así el acceso de su población a nuevas formas de recreación.

VIVIR LA NOCHE

Luego de haber pasado varias noches en Santa Marta, encontré en esta ciudad un lugar en el que me sentí libre de disfrutar la noche. Me sentí acogida por una noche mucho más amable de la que estoy acostumbrada en Bogotá. Aunque Santa Marta sigue teniendo zonas contrastadas entre bullicio y soledad, esta ciudad le ha apostado a escenarios intermedios para la vida urbana durante la noche.

Aunque Santa Marta sigue teniendo zonas contrastadas entre bullicio y soledad, esta ciudad le ha apostado a escenarios intermedios para la vida urbana durante la noche.

Caminar por el malecón entre personas de diferentes edades, que habitan el espacio público de manera recreativa, me hizo sentir segura. Volví a caminar tranquila, dándome tiempo para escuchar el mar y sentir la brisa refrescante de la noche. Experimenté una sensación de libertad y seguridad al estar rodeada de personas, que aunque fueran extrañas, me acompañaron en mi viaje.

Al final me sentí más bienvenidao por las noches en Santa Marta de lo que jamás me he sentido por las noches en Bogotá, después de más de una década de vivir allí. Entonces, ¿qué tiene la noche de Santa Marta que no tenga la de Bogotá?

Viajera nocturna

AYÚDANOS A CRECER ESTA COMUNIDAD

Si te gustó esta historia, comparte esta publicación y ayúdanos a agregar más personas a nuestra comunidad. O déjanos un comentario con tus historias nocturnas, temas de los que quieres que hablemos o comparte con nosotros tus pensamientos sobre las ciudades nocturnas.

Comparte tu propio viaje con nosotras #iamanighttimetraveller 

SANTA MARTA: REFLECTED NIGHTS

THE SEA

For me, the sea has been a magical place where I can find calm. Feeling such a deep connection with the water is curious, when most of my life I have lived in the interior of Colombia, surrounded by high mountains and green landscapes. A place very far from the sound of the sea, its smell and its colors.

Perhaps that situation has led me to choose coastal cities and cities surrounded by large bodies of water, when I have had the opportunity to live abroad. I think it is the need to be close to the water, which has driven me to move between cities whenever I have the opportunity to do so. Hence, my last trip to Santa Marta arose from an impulse, an inner need to get in touch with the sea again.

IMG_7164LR
Santa Marta’s coast during the sunset

The first time I visited Santa Marta was by car. That journey was one of those typical trips made by middle-class families from the interior of Colombia. The must-go trip to the coast. I remember that was the first time we took a long trip with my grandparents. Despite having run aground twice along the way, and all the mishaps in the plans, that trip is one of the most beautiful memories I have of my childhood.

SANTA MARTA

Between that first trip and my last visit to Santa Marta, my perception of traveling has changed quite a bit. I remember that girl who sought refuge in her parents and grandparents, too afraid to get lost in the crowd of a completely unknown place. She is now a woman looking for excuses to wander the streets aimlessly, only following the colorful facades and small cafes that catch her eye. She is always looking to escape the routine, to discover a new journey.

6AF0F5D6-EC13-43AA-B15C-1030616AC2A9-LR
Carrera 3, street of umbrellas in Santa Marta – Nighttime

In recent trips I have taken the habit of reading about the places I visit and buying books in local bookstores in those cities. I feel that the stories of these other people give a greater depth to my experience during the trips. This search led me to the book “El Desafío de las Luciérnagas” (“The Firefly Challenge”).

IMG_7065 LR
Facade bookstore Grupo Andes during nighttime – Santa Marta

In this book, its author, Polidora Gómez, narrates that “the escape is the sea…”*. This phrase resonated deeply with those memories I have of losing track of time, while listening to the fresh and deep sound of the sea. While I see how that horizon between the sea and the sky becomes infinity. While I listen to conversations of locals during the walks along the boardwalk of Santa Marta. While the reddish colors take over the landscape of this city at sunset.

THE NIGHT IN THE PIER

A new part of Santa Marta wakes up at sunset. Although most people go to the coast to take advantage of the sunny hours and the hottest moments of the day, I find the cool breeze from the sea comforting, that air that reminds us that night is coming. A less hot moment, but still hot enough to enjoy a calm and leisurely walk through its streets. 

This moment of the day brings to my memory the image of the pier. During the last rays of the sun, the sky wears warm colors contrasted with the intense blue of the sea. When night falls, the deep blue of the sky mixes with the darkness of the sea and only the reflections of the water remain, to help us distinguish the limit between the sea and the sky.

IMG_8368 LR
“Camellón Rodrigo de Bastidas” park during nighttime – Santa Marta

The night on the pier blends between the sound of the sea and the conversations of locals. Between the music that comes and goes in batches from some kiosks and from the “chiva”, that cannot be missed with its disco lights, to set the road parallel to the sea with color and melody.

“SEEDING STORIES”

This is the name that Polidora Gómez gives to one of the sections of her poetry book “Desafío de las Luciérnagas” (“Firefly Challenge”). Reading Polidora’s words, I find deep layers of experiences that lead me to heartfelt stories of a land that has seen everything from the most intoxicating happiness to the most heartbreaking pain. This name, “seeding stories” (“siembra de historias”) makes me think of those stories that are planted during the day and only bloom at night.

IMG_6999 LR
Santa Marta’s streets during nighttime – City center

I believe the night often welcomes us in its shadow, to give us permission to do what we don’t dare during the daytime. And this is why in many cities the night is between extremes. From spaces that radiate party sounds and lights, to completely uninhabited places. In many cities, it seems that the night does not have those intermediate scenarios that the daytime has. Moments of calm, contemplation and recreation are rarely experienced at night.

IMG_7149 LR
Santa Marta’s streets during nighttime – City center

In Santa Marta I walked through lively streets full of colored lights and people, to find a few blocks away, desolate streets in which the shadows of bushes are confused with those of people who find in the streets the only place in which to sleep. Although Santa Marta presents these extremes, this city also has had the ability to create the intermediate scenarios.

"WHAT DOES THE NIGHT HAVE?"

Carlos Vives is one of the most recognized singers in Colombia and has a song called “What does the night have?”* (“¿Qué tiene la noche?”). This song awakens in me a mixture of feelings between the connection with the warm atmosphere of the coast, through the sonorous feeling of its melody and the magic that Bogotá has. This city in which I now live, which despite its chaos and rainy months, finds ways to inspire me.

IMG_7147 LR
Santa Marta’s streets during nighttime – City center

Unlike Bogotá, in Santa Marta I find those intermediate scenarios during the night, which I have not been able to experience in Bogotá. I’m not sure if this is due to the climate, the culture of the people, the scale of the city or a mixture of all these factors. In Santa Marta, I was surprised to find urban spaces like the pier, with so much urban vitality at night.

A vitality that has nothing to do with the party or the hustle and bustle. Santa Marta’s pier has spaces to walk quietly by the sea and to watch the night from the benches that extend along the linear park. Also, it has playgrounds for girls, boys and adults, where local families enjoy at night. Added to this scenario are some local businesses that make the urban night more dynamic.

IMG_7071 LR
“Camellón Rodrigo de Bastidas” park during nighttime – Manhattan

In addition, it has activities such as the film festival to the sea, in which the public space becomes the stage to project films and hold talks. These proposals not only allow for a diverse night, but also prolong the use of public space and thus the access of its population to new forms of recreation.

LIVE THE NIGHT

After spending several nights in Santa Marta, I found in this city a place where I felt free to enjoy the night. I felt welcomed by a much friendlier night than I am used to in Bogotá. Although Santa Marta continues to have contrasting areas between bustle and loneliness, this city has bet on intermediate scenarios for urban life at night.

Although Santa Marta continues to have contrasting areas between bustle and loneliness, this city has bet on intermediate scenarios for urban life at night.

Walking along the pier among people of different ages, who dwell in the public space in a recreational way, made me feel safe. I went back to walking calmly, giving myself time to listen to the sea and to feel the refreshing breeze at night. I experienced a feeling of freedom and safety being surrounded by people, who even if they were strangers, accompanied me on my journey . 

 

In the end, I felt more welcomed at night in Santa Marta than I have ever felt at night in Bogotá, after more than a decade of living there. So, what does the night of Santa Marta have that Bogotá’s doesn’t?

Night-time traveller

HELP US GROWING THIS COMMUNITY

If you enjoyed this story, please share this post and help us to add more people to our community. Or leave us a comment with your night-time stories, topics you want us to talk about or share with us your thoughts about the night-time cities

Share your own journey with us #iamanighttimetraveller